Edición 47, abril/mayo 2023

El hidrógeno es sexy!

¿De verdad va a suceder? ¿Coches que funcionan con agua? ¿O incluso aviones que dan la vuelta al mundo con un tanque de hidrógeno? Los avances en el campo de la energía sostenible avanzan a la velocidad del rayo, y el hidrógeno está desempeñando un papel cada vez más relevante. La Unión Europea está invirtiendo 5.200 millones de euros en proyectos de hidrógeno en varios países. Solo este año, el Gobierno español ha destinado 47 millones en subvenciones, apostando firmemente por el hidrógeno. Además, la petrolera Cepsa está invirtiendo 3.000 millones en la creación del Valle Andaluz de Hidrógeno Verde. El plan es que España se convierta en el mayor proveedor de hidrógeno verde de Europa, con Andalucía desempeñando un papel clave en este ambicioso objetivo.

Fotos: Cepsa, stock, Junta de Andalucía, Maria Kupers

La era de los combustibles fósiles está llegando a su fin. Las reservas no son infinitas, su uso tiene un gran impacto en el medio ambiente y gran parte del mundo depende de un pequeño número de proveedores. Estos hechos se conocen desde hace tiempo, pero en los últimos años ha quedado más claro que nunca que el cambio es urgente. Para evitar que la humanidad deba recurrir nuevamente al fuego para calentarse, se necesitará energía, mucha energía.

Conocimiento básico
La energía generada por los parques eólicos y los paneles solares no es contaminante y, por lo tanto, se clasifica como sostenible. Sin embargo, la principal desventaja de estas fuentes es que no se pueden almacenar a gran escala. En pocas palabras, los molinos de viento funcionan por la noche para nada, y toda la energía generada por los paneles solares que no se consume simplemente se pierde.

Para almacenar esa energía y satisfacer la alta demanda de, por ejemplo, la industria, sería necesario disponer de grandes extensiones de terreno para construir almacenes llenos de baterías. Además, está el problema del litio, un material esencial para la producción de estas baterías. El litio es contaminante, no está disponible a gran escala y, por si fuera poco, las condiciones laborales de quienes trabajan en las minas de litio dejan mucho que desear.

Eureka
Y allí aparece el hidrógeno: un gas incoloro e inodoro que no se encuentra libre en la naturaleza y debe ser producido. Su materia prima puede ser agua (H₂O) o gas natural, y se necesita energía para separar las moléculas. Actualmente, el hidrógeno se utiliza principalmente como componente básico en la industria, por ejemplo, para fabricar amoníaco, que luego se emplea en la producción de fertilizantes.

Sin embargo, el hidrógeno también puede ser utilizado como portador de energía, ya que contiene una cantidad de energía mayor que cualquier otra sustancia. Durante su proceso de combustión, libera esta energía, que puede ser aprovechada. La gran ventaja es que no se emite CO₂ durante la combustión, a diferencia de los combustibles fósiles.

Además, el hidrógeno se puede almacenar durante largos períodos con una pérdida mínima de energía, mucho menor que la que ocurre en las baterías. Esto lo convierte en una opción perfecta para el almacenamiento a largo plazo, garantizando el suministro incluso en momentos de escasez de energía. Por ejemplo, se podrían utilizar cúpulas de sal vacías o antiguos campos de gas para este propósito. En Burgos se está planificando una prueba piloto para almacenar hidrógeno en cuevas subterráneas.

¿El futuro?
Dadas estas ventajas, el hidrógeno parece ser un reemplazo ideal para el petróleo y el gas. Pero ¿significa esto que todos los hogares deben comprar un dispositivo de electrólisis y que los paneles solares ya no son necesarios? ¿O que, en el futuro, todos los coches eléctricos serán sustituidos por vehículos impulsados por hidrógeno?

La respuesta es sencilla: no. La electricidad, tal como la conocemos, sigue siendo la mejor solución para ciertos procesos industriales y muchas aplicaciones domésticas. No obstante, se están llevando a cabo experimentos con sistemas basados en hidrógeno que podrían llegar a los hogares en el futuro. Por ejemplo, en Lochem (provincia de Overijssel, Países Bajos), doce hogares han estado experimentando durante los últimos tres años con una bomba de calor que funciona con hidrógeno.

Foto: De momento, Hyundai y Toyota son las únicas marcas que fabrican coches de hidrógeno para el transporte de pasajeros. El precio de la versión de lujo ronda los 70.000 euros.El repostaje tarda 3 minutos y este año habrá modelos en el mercado con los que se podrán recorrer más de 600 kilómetros. Esto requiere tres tanques cilíndricos que están parcialmente incorporados en el maletero, por lo que ocupan un poco más de espacio que un tanque de gasolina.

Industria y en la carretera
El hidrógeno se presenta como una excelente alternativa para reducir, e incluso eliminar, las emisiones de CO₂ en la industria. Es especialmente útil en procesos productivos que requieren altas temperaturas, donde actualmente se utilizan carbón o gas. Con otros métodos sostenibles, alcanzar estas temperaturas es difícil, e incluso imposible en algunos casos.

En el sector del transporte, el hidrógeno también jugará un papel crucial. Por ejemplo, los camiones no son tan aptos para funcionar con energía eléctrica como los turismos. Para recorrer largas distancias sin necesidad de repostar, estos vehículos requerirían baterías eléctricas mucho más grandes que las de un coche, lo que ocuparía un espacio valioso. Actualmente, en toda Europa se están llevando a cabo experimentos con vehículos pesados propulsados por hidrógeno. En ciudades como Groningen, Aberdeen, Bruselas, Arnhem y Touraine Vallée de l’Indre, los camiones de basura ya funcionan con este combustible.

Mientras tanto, también se están realizando investigaciones sobre la viabilidad del hidrógeno en el tráfico marítimo y aéreo. Este año ya se han llevado a cabo los primeros viajes de prueba con portacontenedores impulsados por hidrógeno. Además, Airbus presentó en Toulouse el pasado enero tres prototipos de aviones que funcionan íntegramente con hidrógeno.

Acelerando
Los avances en el ámbito del hidrógeno se están sucediendo a un ritmo vertiginoso. Cada nuevo invento fomenta el desarrollo de otros, y el interés por el hidrógeno está ganando terreno rápidamente. No es casualidad que tanto países como la Unión Europea estén invirtiendo miles de millones en investigación y ofreciendo ayudas económicas a empresas que trabajan en estas tecnologías.

La necesidad de reducir las emisiones de CO₂ es evidente, y la dependencia de los combustibles fósiles —y de los países que los suministran— ya no resulta deseable. Además, el interés económico juega un papel fundamental: la región o el país que cuente con las mejores condiciones para producir hidrógeno podría convertirse en un proveedor clave en el futuro. Por ahora, parece que Andalucía está liderando esta carrera.

¿Qué está pasando aquí?
Una búsqueda en Internet nos lleva a la Asociación Andaluza del Hidrógeno, que agrupa a empresas e instituciones relacionadas con este recurso. Casi todos sus miembros participaron en una conferencia celebrada en Algeciras, lo que ofreció una excelente oportunidad para conocer más de cerca lo que está ocurriendo en la región.

Lo primero que llama la atención es el entusiasmo palpable entre los diferentes ponentes y asistentes. Científicos de universidades, ingenieros, fabricantes de electrolizadores, grandes empresas energéticas, productores de equipamiento especializado y representantes gubernamentales comparten sus conocimientos y experiencias. La atmósfera está impregnada de optimismo: todos parecen creer firmemente en el futuro del hidrógeno y en las oportunidades únicas que este representa para Andalucía.

Foto: Consejero de Política Industrial y Energía, Jorge Paradela Gutiérrez en el Congreso en Algeciras

Oferta y demanda
Mucho ha cambiado en el mercado laboral en los últimos años y sin duda seguirá siendo así en los próximos años. Algunas de las tareas y, a veces, incluso funciones completas han sido asumidas por la tecnología. Esos desarrollos solo se están acelerando con el uso de la Inteligencia Artificial. Muchos puestos de trabajo desaparecerán en el futuro, pero también se agregarán muchos nuevos. Esto tiene consecuencias enormes para los empleados y los empleadores. Las personas que solo tienen un diploma de escuela secundaria ya casi no pueden encontrar trabajo. Especialmente en tecnología y TI, las empresas no pueden encontrar personal cualificado porque los desarrollos van tan rápido que los cursos simplemente no existen todavía. Y luego está el fenómeno de que los profesionales hoy en día pueden pedir salarios por hora más altos que las personas con educación universitaria. Cualquiera que busque un fontanero, pintor o electricista sabe de qué estamos hablando.

“Estudiar antes era para la gente que podía permitírselo, hoy en día es normal que los jóvenes vayan a la universidad”, dice Anabel. “Por lo tanto, los empleadores le dan cada vez menos importancia a un diploma, la experiencia y las habilidades adecuadas para hacer el trabajo están en la parte superior de la lista de requisitos. Los cursos de Formación Profesional son cada vez más apreciados.”

Difícil encontrar trabajo
Las personas que tienen más dificultades para conseguir trabajo son los parados de larga duración, los mayores de 45 años, los inmigrantes y las mujeres. “Esto se debe en parte a prejuicios, pero también a razones prácticas como el mayor coste de personal o el deseo de trabajar a tiempo parcial. Cuando un cliente elabora un perfil laboral para el puesto vacante, siempre tratamos de hacerle entender que la diversidad, en los distintos sentidos, en un equipo puede funcionar a su favor. Pero también tenemos clientes que piden por ejemplo específicamente mujeres mayores de 40 años, cuyas cualidades coincidan con lo que quieren sus clientes”, comenta David Serrano.

Gran impulso para la economía
Una región que puede satisfacer la demanda de energía por sí misma también tiene la capacidad de fijar sus propios precios. En este caso, está claro que esos precios serán más bajos que en otros lugares, simplemente porque eso es beneficioso para la economía. Las empresas siempre están buscando formas de reducir sus costes, por lo que trasladarse a Andalucía sería una buena opción.

“¿Quién hubiera pensado que el sol sería tan importante para el futuro de nuestra región?”, dice el diputado de la Consejería de Política Industrial y Energía, Jorge Paradela Gutiérrez. “Siempre fue la razón por la que millones de turistas vienen aquí, pero ahora podemos empezar a exportar el sol. Y la buena noticia es que ya no tenemos que elegir entre el crecimiento económico y el medio ambiente”.

Sin embargo, Andalucía no quiere cometer el mismo error del pasado, cuando otros se llevaban el beneficio de sus «materias primas». Esto ocurrió con la tecnología de paneles solares y energía eólica, que generalmente proviene de otros países. Andalucía se ha convertido en una mina de oro para empresas extranjeras, como las de China y Alemania, que construyen aquí sus parques energéticos. “Aquí tenemos el talento, la infraestructura y las condiciones naturales para gestionar nosotros mismos todo el ciclo del hidrógeno”, comentó el diputado. Por tanto, la Junta está haciendo todo lo posible para apoyar a las empresas y a los investigadores. A finales de marzo se constituyó con este fin la Alianza Andaluza de Hidrógeno Verde, una colaboración público-privada aún más amplia que la Asociación Andaluza de Hidrógeno.

Nuevos empleos
Además del hecho de que poder suministrar energía limpia y barata crea nuevo empleo porque se establecerán nuevas empresas, también existen enormes oportunidades dentro del propio sector del hidrógeno. No solo en el campo de la tecnología, sino también para la producción de todo tipo de materiales necesarios y la reconversión de instalaciones existentes, se necesitan profesionales. Aquí también hay un gran desafío. No hay suficientes personas capacitadas, simplemente porque las técnicas son tan nuevas que todavía no existe la formación necesaria. La Asociación Andaluza de Hidrógeno organiza cursos y webinars, las empresas intercambian conocimientos y poco a poco las universidades empiezan a ofrecer cursos especiales de máster.

Javier Galeano Bilbao de la empresa Évo Group de Sevilla nota que es difícil encontrar buen personal. La empresa se especializa en el desarrollo de software para vehículos. Han recibido una subvención europea para fabricar vehículos que funcionen con hidrógeno para el transporte de mercancías en los aeropuertos. “Tenemos el proyecto, pero ahora necesitamos ingenieros y mecánicos para continuar. Trabajar con hidrógeno requiere cualidades muy específicas, que los técnicos aún no tienen hoy. Así que tenemos que enseñar a la gente nosotros mismos. Este problema también se nota ya con los coches eléctricos, la formación aún no está preparada para ello. Un ejemplo muy sencillo: la garantía de un coche eléctrico caduca en el momento que alguien que no sea uno de los propios mecánicos abre el capó. Hay compartimentos básicos (como para el líquido limpiaparabrisas) al que puedes llegar, el resto está cerrado. Demasiado complicado y demasiado peligroso.”

Ahora se está trabajando en varios frentes a la vez, y todos notaremos las consecuencias a corto plazo. Los productores de hidrógeno verde están construyendo rápidamente sus parques energéticos para producir electricidad para electrólisis, los ingenieros están investigando todas las aplicaciones y requisitos para poder hacer el cambio, las empresas están desarrollando nuevos productos y se están realizando experimentos con la aplicación de hidrógeno a una escala cada vez mayor.

Foto: los planes de Cepsa para nuevas plantas de hidrógeno

De petróleo a hidrógeno
Shell estuvo recientemente en las noticias por declarar que no invierte a gran escala en energías renovables porque los accionistas buscan ganancias a corto plazo. Sin embargo, no todas las compañías petroleras son tan miope ni están tan orientadas únicamente a las ganancias. Maarten Wetselaar, ex empleado de Shell, es desde el año pasado el CEO de la petrolera española Cepsa y ha cambiado el rumbo de la empresa. La compañía apuesta de lleno por el hidrógeno verde e invertirá 3.000 millones de euros en la puesta en marcha del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde. En Huelva y Cádiz se están construyendo enormes parques eólicos y de paneles solares para proporcionar energía a la producción de hidrógeno. Este hidrógeno se utilizará inicialmente a nivel regional, pero se exportará al norte de Europa en un futuro próximo. A principios de este año, se firmó un acuerdo entre los puertos de Algeciras y Róterdam para este ‘corredor verde’, por lo que las chimeneas de la refinería de San Roque dejarán de emitir CO2 en el futuro.

Andalucía seca
Todo muy bien, el sol y el viento siempre están disponibles aquí, pero ¿qué pasa con el agua que se necesita para la producción de hidrógeno? No olvidemos que gran parte de Andalucía lleva ya durante años sufriendo sequía. También en este campo se están haciendo experimentos. El agua necesaria para la electrólisis no tiene por qué ser de calidad potable. De hecho, ahora se están haciendo pruebas para usar agua de mar, y siempre hay suficiente disponible, especialmente con el aumento del nivel del mar. Según varias fuentes, hacer 1 litro de hidrógeno requiere 9 litros de agua. Para que te hagas una idea, un turismo puede recorrer casi 100 kilómetros con 1 litro de hidrógeno.

Futuro soleado
Queda claro, el hidrógeno supondrá un gran cambio para el medio ambiente y la economía. Ya que se está trabajando en todos los frentes al mismo tiempo, está cada vez más cerca el momento en que todos los engranajes comiencen a funcionar sin problemas. Andalucía, sin duda, jugará un papel importante y ojalá todos los planes se hagan realidad para que la comunidad autónoma pueda afrontar un futuro económico y saludable que no afecte al medio ambiente. Y si resulta que los ‘competidores’ Extremadura, Galicia o Portugal serán los protagonistas de todo este proceso de cambio, el medio ambiente habrá ganado de todos modos.

Sea cual sea la forma y la energía que se utilice para producir hidrógeno, el resultado es siempre el mismo: un gas incoloro e inoloro. Sin embargo, estamos hablando de hidrógeno verde, gris, rosa y azul. Esos nombres de colores no dicen nada sobre la calidad del hidrógeno, sino sobre el tipo de energía con la que se produce el hidrógeno.

Gris: hidrógeno hecho con energía procedente de combustibles fósiles

Azul: hidrógeno extraído del gas natural

Rosa: hidrógeno hecho con energía nuclear

Verde: hidrógeno hecho con energía sostenible, completamente libre de CO2